Mariano Torres

Guía completa para sobrevivir a tus primeras semanas como manager

¿Recuerdas tus primeros días como manager? Esa mezcla de emoción, orgullo… y una buena dosis de pánico.

De repente, ya no solo importa tu rendimiento individual: ahora tienes un equipo, expectativas desde arriba y abajo, y la sensación de que cada decisión cuenta más que nunca.

Déjame decirte algo: esa sensación de incertidumbre es completamente normal.

Ser manager no es un cambio pequeño. Es un salto enorme… en otra dirección.

Y las primeras semanas son cruciales para definir tu trayectoria. Por eso, he compuesto esta guía (que me habría encantado tener cuando empecé.)

De nada.

Paso 1: Escucha más, habla menos

El error más común que cometemos como managers nuevos es pensar que debemos demostrar autoridad. ¿Cómo? Pues hablando más, claro.

🔸 Hay que tener respuestas para todo.

🔸 Hay que demostrar que nos han hecho managers porque sabemos mucho.

🔸 Hay que dar ejemplo para que los demás vean lo súper-buenos managers que somos.

🔸 ¡Ah! y que no se te olvide defender tu postura en todas las reuniones del equipo siempre que te lleven la contraria. Ser manager es ser un cabezón obstinado.

¿Quieres oír la verdad?

Nadie necesita discursos. Lo que tu equipo necesita es que TÚ los escuches A ELLOS.

🔹 Escucha sus retos: ¿Qué les impide rendir al máximo?

🔹 Escucha sus ideas: ¿Qué ven ellos que tú no?

🔹 Escucha su feedback: ¿Cómo puedes ayudarles mejor?

💡 Consejo

Dedica tu primera semana a reuniones 1:1 con cada miembro del equipo. No para hablar de ti, sino para entenderlos a ellos. Pregúntales:

👉 «¿Qué te gusta de cómo trabajamos?»

👉 «¿Qué mejorarías?»

👉 «¿Qué necesitas de mí como manager?»

Recuerda: El respeto no se exige. Se gana, y escuchar es el primer paso.

Paso 2: Define expectativas claras (y simplifica objetivos)

Un equipo sin un norte claro no es un equipo; es un grupo de personas ocupadas (y a veces en conflicto).

Así que asegúrate de proporcionarles:

🔸 Objetivos claros: Que todos entiendan hacia dónde van.

🔸 Roles definidos: Que cada miembro sepa cuál es su contribución clave, y también que sepan cómo los demás contribuyen y pueden ayudarles.

💡 Ejercicio

Reúnete con tu equipo para definir juntos:

👉 ¿Qué vamos a priorizar en los próximos 3 meses?

👉 ¿Qué métricas nos indicarán que vamos por buen camino?

No te compliques: La simplicidad llama a la claridad, y claridad > complejidad, SIEMPRE.

Paso 3: Aprende a delegar, no te conviertas en el cuello de botella

Aquí está una verdad que a muchos les duele:

Si intentas hacer todo tú mismo, acabas de poner el temporizador del fracaso. Y, no lo dudes, tarde o temprano llamará a tu puerta.

Delegar no es abdicar. Es COMPARTIR responsabilidad. Tú te encargas de que la tarea se haga y la otra persona se encarga de hacer la tarea.

Si la cosa va bien, podéis celebrarlo juntos. Ya veo a alguien diciendo: «Ya, pero ¿y si no va bien?»

Bueno, si no va bien, podéis APRENDER juntos y actuar en base a ese aprendizaje.

Porque uno de los beneficios de delegar es el de dar espacio a tu equipo para crecer y tomar decisiones.

💡 ¿Y cómo empiezo a delegar?

1️⃣ Empieza con tareas pequeñas.

2️⃣ Define el objetivo, pero no el “cómo”.

3️⃣ Acepta que habrá errores.

Recuerda: El crecimiento ocurre fuera de la zona de confort… tanto para ti como para tu equipo.

Paso 4: Construye tu red de apoyo

Liderar puede sentirse un trabajo solitario, pero… ese es el feeling equivocado: no tienes por qué hacerlo solo.

Busca mentores, colegas o incluso otros managers en situaciones similares.

🔹 Un mentor experimentado dará profundidad a tu perspectiva.

🔹 Un colega manager te ayudará a ensancharla, compartiendo estrategias que él/ella usa en otros ámbitos.

Tu red de soporte es tu red de éxito.

💡 Acción

Agenda reuniones quincenales con un mentor o con otros managers para intercambiar ideas y aprendizajes.

Paso 5: Cuida de ti mismo (para completar tu trabajo)

Golpe de realidad: Si tú no estás bien, tu equipo tampoco lo estará.

🔸 Pon límites: Di “no” a lo que no suma valor.

🔸 Desconecta: El trabajo estará ahí mañana. Tú también deberías estarlo.

🔸 Reflexiona: Dedica tiempo para pensar estratégicamente, no solo para apagar fuegos.

💡 Ritual a incorporar

Bloquea 30 minutos al final de cada semana para reflexionar:

👉 ¿Qué salió bien?

👉 ¿Qué podría mejorar?

👉 ¿Qué priorizarás la próxima semana?

Cuidarte no es egoísta. Es necesario para que este trabajo dure mucho tiempo para ti.

Reflexión final

Las primeras semanas como manager son tu oportunidad para sentar las bases.

No necesitas ser perfecto. Sólo necesitas querer dar el siguiente paso cada día.

💡 Recuerda:

👉 Escucha antes de actuar.

👉 Prioriza la claridad.

👉 Confía en tu equipo (y en ti mismo).

Y sobre todo, entiende esto: esto no va de quemarse en tres semanas. Esto va de estar ahí para cuando te necesiten. Poco a poco irás mejorando, y eso es normal.


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