Mariano Torres

Comunicar no es hablar: es crear impacto

¿Comunicar bien es una habilidad con la que se nace?

Esto no es solo una pregunta retórica. La respuesta tiene consecuencias reales para tu equipo, tus relaciones y tu liderazgo.

En mi experiencia, muchos managers creen que, porque tienen buenos conocimientos técnicos o saben hablar mucho, ya son buenos comunicadores.

La realidad es más cruda: hablar mucho no significa conectar, y menos aún inspirar confianza.

Que quede claro: ¡Esto no es una crítica! Es más bien un hecho que yo mismo he vivido.

Mi error más grande al comunicar

Recuerdo una vez, cuando estaba en investigación, me invitaron a dar una charla pública sobre los resultados del proyecto en el que estaba trabajando.

Era mi primera charla en público, y quería causar una buena impresión. Así que preparé una presentación llena de datos y gráficos, y un montón de detalles técnicos.

Llegó el día. Durante 30 minutos, hablé sin parar: fórmulas de cinemática, algoritmos complejos, estadísticas, datos de pruebas .. hasta puse vídeos míos trabajando 😅. Hablé de TODO, y di todo lo que tenía… o eso pensé.

Cuando terminé, me aplaudieron (creo que por educación), y no hubo ninguna pregunta. Insistí en que si había preguntas o comentarios, pero nada. Con una sonrisa confusa, pasé el micro al siguiente orador, y ahí quedó todo.

Resultado: Nadie conectó con el mensaje.

💡 Lo que aprendí: Comunicar bien no significa hablar mucho. Comunicar es transmitir lo esencial de forma clara, conectar con tu audiencia y asegurarte de que entienden el impacto de tu mensaje.

¿Por qué fallamos al comunicar?

En España, la palabra «comunicar» se confunde con «informar«.

Pero comunicar va mucho más allá: no es solo transmitir datos.

Va de influir, persuadir y generar conexión.

¿Por qué, entonces, la mayoría de los managers falla en este aspecto?

#1: Por hablar demasiado

Cuando monopolizas la conversación, no estás liderando:
estás apagando las voces de los demás.

#2: Por falta de claridad

Usar jergas o tecnicismos puede hacerte parecer más inteligente,
pero solo crea distancia y confusión.

#3: Por falta de coherencia

Si dices una cosa y haces otra, tus palabras pierden peso.
La confianza, una vez rota, es muy difícil de recuperar.

#4: Por asumir que te han entendido

Muchas veces creemos que, porque hemos hablado, nuestro mensaje llegó.

Pero comunicar no es solo emitir: es asegurarte de que el otro recibió e interpretó el mensaje correctamente.

#5: Por ignorar lo importante

Hablar solo de lo urgente es como vivir en un constante modo de supervivencia: apagas fuegos, pero nunca construyes algo duradero.

Un dato que no puedes ignorar

Según un informe de Harvard Business Review el 70% de los problemas en las organizaciones son el resultado de una mala comunicación.

Además, otro estudio señala que el 91% de los empleados consideran que la comunicación ineficaz es el principal motivo de tensiones en un equipo de trabajo.

Estos datos reflejan la enorme importancia de trabajar la comunicación con nuestro equipo.

Cuando no comunicamos bien, no solo perdemos tiempo y productividad. Perdemos credibilidad. Y, lo que es peor, podemos perder la confianza de nuestro equipo.

¿Cómo empezar a comunicar mejor?

No hay una receta mágica, pero sí que hay cosas que he visto funcionar, tanto en mí como en otros líderes:

#1. Usa menos palabras, pero haz que pesen más

La idea: Tus palabras son como balas. Al comunicar quieres ser un francotirador, y usarlas de manera precisa. No las confundas con una ametralladora, haciendo ráfagas sin sentido.

Cómo aplicarlo: Antes de cualquier conversación, prepara tu mensaje respondiendo tres preguntas clave:

1️⃣ «¿Qué quiero lograr con esta conversación?«
2️⃣ «¿Qué mensaje quiero que recuerden?«
3️⃣ «¿Cómo puedo transmitir esto con el menor número de palabras?«

Ejemplo práctico: Si quieres anunciar un cambio importante, sintetiza: “Este cambio nos acerca a X objetivo porque simplifica Y y nos prepara para Z.”

👉 Power-tip: Usa el silencio como herramienta. Cuando callas, das espacio para que tu equipo reflexione y participe.

#2. Escucha como un coach, no como un espectador

La idea: Escuchar activamente no es asentir en silencio. Es demostrar que entiendes, te importa y estás presente.

Cómo aplicarlo:

  • Haz preguntas poderosas como:
    “¿Qué necesitas para avanzar en esto?” o “¿Qué es lo que más te preocupa?”
  • Resume lo que escuchas con frases como:
    “Si te he entendido bien, esto es lo que quieres decir…”
  • Observa los gestos y tonos de tu equipo.
    A veces, el verdadero mensaje no está en las palabras.

Ejemplo práctico: Dedica 10 minutos de cada reunión a escuchar las inquietudes del equipo antes de compartir tu punto de vista.

👉 Escuchar no es pasivo. Es una herramienta activa para construir confianza.

#3. Simplifica y potencia tu mensaje

La idea: Las historias conectan con las emociones y hacen que tu mensaje sea memorable.

Cómo aplicarlo:

  • Convierte datos complejos en imágenes claras: “Piensa en nuestro backlog como una mochila. Si la llenamos demasiado, no podremos avanzar rápido.”
  • Usa ejemplos del día a día para conectar con las experiencias de tu equipo.
  • Practica contar tu mensaje en 2 minutos usando una estructura de storytelling: contexto, desafío, solución.

Ejemplo práctico: Si introduces un cambio, explica: “Imagina que ahora estamos conduciendo en una carretera bloqueada por un atasco. Este cambio se parece a construir un carril adicional para avanzar sin perder tiempo.”

👉 Las historias no solo explican, también inspiran acción.

¿Y si sigo fallando?

Si después de aplicar estos principios sigues sintiendo que tu equipo no confía en ti o no te entiende, no te rindas.

Comunicar mejor es una inversión a largo plazo. No tiene un ROI inmediato, pero los frutos que recoge un buen comunicador son duraderos: mejores relaciones, menos conflictos y un equipo que camina unido hacia los mismos objetivos.

La pregunta que quiero que te hagas después de leer esto no es si eres un buen comunicador o no. Es esta:

  • ¿Qué puedes hacer hoy para mejorar un poco más?

Si encuentras la respuesta, me encantará leerte.

Porque comunicar, al final, también va de eso: escuchar.


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